El outplacement o “Desvinculación Programada” en ocasiones representa una estrategia “dolorosa” a la cual recurren algunas empresas o corporaciones para mejorar sus niveles de productividad o evitar un quiebre financiero; sin deteriorar su identidad e imagen o reputación porque el malestar psicológico, tanto en los seleccionados para la desvinculación, como para quienes siguen en la organización, es muy alto. Ademas, la empresa generaría mucha duda sobre su responsabilidad social empresarial.

Para manejar el outplacement las organizaciones necesitan de los servicios profesionales para manejar una estrategia cónsona con su realidad. Que le permita mantener o mejorar su reputación, identidad y clima organizacional, así como también, preservar la salud psicológica y socioeconómica de los candidatos a participar en el programa.

El soporte de la consultoria externa consiste en brindar asistencia psicotécnica especializada, para manejar el proceso de desvinculación de la organización al grupo de trabajadores, con el fin de reducir el conflicto emocional, orientar a las personas sobre cómo aprovechar sus recursos y fortalezas, redefiniendo objetivos y planificando su carrera laboral o socioeconómica de manera eficiente.

Debido a que cada experiencia es individual y cada situación es diferente, el programa de trabajo requiere de una fuerte orientación personalizada, a través de un paquete de herramientas (tanto técnicas como psicológicas) que le ayudan a superar y enfrentar la separación laboral, con una visión optimista de su propio futuro personal y familiar.

Con el personal, sobre todo más cercano a quienes saldrían de la empresa, habría que realizar un trabajo oportuno y genuino para evitar el desgaste emocional que pondría en jaque la productividad laboral.