“Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros”
Proverbio Japonés

Hoy, es crucial contar con un Direccionamiento Estratégico compartido (Visión, Misión y Valores) para lo cual se requiere una cultura de alto desempeño, donde halla un ambiente de corresponsabilidad, confianza, compromiso y apoyo a fin de que todos los líderes de unidades de negocio y sus colaboradores, tengan la oportunidad de brindar lo mejor de sí mismos en una visión integral o corporativa. Para desarrollar equipos de Alto Desempeño, se necesita voluntad de la alta dirección para darle un vuelco a la manera como hasta el momento se ha concebido el trabajo para manejar incertidumbres y materializar oportunidades.

En virtud de que ya existe un acuerdo universal, de que el modo de pensar que nos condujo al éxito del pasado, no nos garantiza el éxito del presente y del futuro, las empresas e instituciones están convencidas que necesitan encontrar fórmulas distintas de pensar, sentir y actuar para garantizar una orientación hacia los clientes, lograr mayor eficiencia en costos, contar con mayor rapidez y flexibilidad para crear valor, instaurar un mejoramiento continuo y poseer una sólida reputación, gracias al comportamiento moral y ético de quienes la conforman.

Muchas organizaciones han comenzado con voltear la pirámide, donde el cliente y los empleados están de primero en el vértice, así como hacer grandes inversiones en formar líderes, desarrollar una cultura sólida y convertir los grupos de trabajo en Equipos Auto gestionados o en todo caso, de Ato Desempeño, porque el éxito depende de ellos, por cuanto se elimina el trabajar por estancos o funciones y; la separación entre supervisor y subalterno de la arcaica era jerárquica; porque en los equipos, se genera un liderazgo distribuido, de acuerdo a las fases y propósitos del mismo. Es todo lo contrario de los grupos de trabajo, que han sido confundidos o considerados como equipos, por el simple hecho, de que tienen propósitos y tareas asignadas.

Los equipos de trabajo por estar conformados de seres humanos, representan una organización sumamente compleja y dinámica, donde se tejen múltiples y difíciles interacciones, que necesitan de un firme liderazgo y de consultores especializados para poder identificar o hacer distinciones de las características correspondientes a las fases de desarrollo como equipo, en función de sus propios retos y realidades; es decir, ellos invierten tiempo en integrarse y definir los aspectos fundamentales para poder trabajar como equipo interdisciplinario de alto desempeño; pero que a la vez, ese esfuerzo inicial, repercute en disminución de tiempo y costos en los proyectos. Hay quienes confunden este trabajo con un curso más, donde se pierde el tiempo, mientras la operación o el día a día apremia. Nuestra capacitación se estructura y se desarrolla a partir de la propia realidad de los equipos, que regularmente son distintos, debido a sus integrantes y objetivos en términos de resultados.

Cuando nos referimos a equipos de alto desempeño, estamos hablando de las células fundamentales de toda organización moderna, que pretende adaptarse y ser exitosa ante los cambios, que demanda el complejo mundo empresarial. La clave es desarrollar a todos los líderes de negocios y colaboradores de diferentes unidades o gerencias como un gran Equipo Multidisciplinario, donde prevalezca el conocimiento, la inteligencia emocional y el comportamiento colectivo en pro de un propósito común para agregar valor a la empresa o corporación.